lunes, 12 de agosto de 2019

OPINIÓN: Poder y Gobierno.









Luis Moret, 
Secretario Político de la dirección juvenil estadal del partido. 


Las relaciones sociales en el transcurso de la historia humana han demostrado la constante conflictividad y disputas entre los integrantes de la sociedad, ya sea en respuesta a incentivos económicos, contraposiciones culturales o ideológicas, desarrollos o innovaciones tecnológicas, o comúnmente por pugnas para alcanzar el poder, ejercerlo, y ejecutar acciones que cumplan con las necesidades de quienes poseen el poder, así mismo podemos decir que el poder es la capacidad de transformar la realidad, es la noción de fuerza, el dominio o facultad de ejercer influencia sobre otros individuos u organizaciones, tomar decisiones y convertir ese potencial de influir en hechos tangibles y reales, en la acción concreta de ejecutar y mandar, es por ello que el poder legitima e inviste de autoridad. Podemos apuntar la gran relevancia de una adecuada conducción y ejecución del poder para marcar e influir en el rumbo actual y futuro de una sociedad.


De esta manera surgen diversas interrogantes elementales para comprender el poder, percepciones que algunas veces envían mensajes ligados a la sociedad, y que a su vez generan confusiones, bien sea por ignorancia, por complacencia, o por complicidad. Si traemos a colación estas ideas y hacemos un contraste con la realidad del actual contexto sociopolítico que atraviesa Venezuela, quizá se torne un poco impreciso diferenciar o definir poder y gobierno, en un país donde existe un presidente legítimo respaldado por la mayoría de los venezolanos, investido de institucionalidad “hasta los momentos”, con el apoyo internacional de los países con talante democrático y, a su vez la execrable presencia de un criminal que usurpa el poder, violador de derechos humanos que junto a su camarilla de socios terroristas (dentro y fuera de Venezuela); bandas criminales, y grupos armados que someten a una población y a su vez mantienen vínculos con cárteles del narcotráfico, que han convertido a Venezuela en una plataforma transnacional y eje de operaciones donde confluyen los intereses más oscuros del mundo entero.


¿Quién gobierna? ¿Quién tiene el poder?, La palabra gobierno del griego “pilotear o dirigir el timón” conlleva una relación intrínseca con el poder, la vigente encrucijada por la libertad de Venezuela requiere decisiones que conlleven a gestiones contundentes, llegamos a un punto de no retorno, donde las estrategias y acciones deben ir encaminadas a tener una capacidad real y potencial de poder que logre forjar el desenlace final de quiebre del sistema actual y, a su vez dar paso a las bases de la nueva república. La lucha emprendida por los venezolanos es para extirpar de raíz el cáncer socialista impulsado por criminales, la lucha es por el poder, nada logramos fingiendo gobernar en un pacto con terroristas que no garantice un orden social, conociendo la naturaleza criminal y despótica de los impulsores del socialismo del siglo 21 en Venezuela, es irracional y hasta irresponsable concebir un pacto de gobernabilidad antecedido por una farsa electoral. 

La tradición del 2017 por parte de un sector de la clase política hacia la ciudadanía, se vio definida por el afán de ser gobierno sin tener el poder, dejando a un lado los costos en vidas y esfuerzos de muchos. Hoy queda nuevamente en evidencia que quienes pretendieron cohabitar y apaciguar la lucha con distracciones electorales de gobernaciones, alcaldías, y presidenciales, son los mismos que no quieren gobernar en libertad y buscan dilatar y distorsionar los objetivos planteados para la conquista del poder

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