Cómo legislador merideño, representante de un pueblo con profunda devoción democrática, respetuoso de su gentilicio y sus valores, rechazó que en un edificio histórico, asiento del poder ejecutivo y legislativo regional, así como legislativo municipal, se enarbole una bandera distinta a la de la República, el estado y la ciudad.
Es una falta de respeto ver ondear una bandera que promociona el culto a la personalidad con recursos públicos y desde instituciones del Estado.
Exijo que de inmediato, sea retirada esa bandera, pues el órgano legislativo, colegiado, que representa a los merideños, en ningún momento ha aprobado tal uso como símbolo distintivo de nuestra Mérida Serrana.