martes, 18 de mayo de 2021

Cada 34 horas hubo una acción femicida en Venezuela durante el mes de abril

 




El Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) registró, desde el 1° hasta el 30 de abril, 15 femicidios consumados y 6 frustrados en Venezuela. En promedio, hubo una acción femicida cada 34 horas. Como resultado del femicidio de sus madres, seis niños quedaron huérfanos. Dos de ellos presenciaron los hechos violentos.

En el primer cuatrimestre de 2021 hubo 75 femicidios consumados en Venezuela y 15 femicidios frustrados. Además, 37 femicidios consumados de venezolanas en el exterior y 4 frustrados.

El 20% de los femicidios consumados ocurrieron en Carabobo; 13,3% en Bolívar, 13,3% en Distrito Capital y 13,3% en Guárico. Mientras que el 33,3% de los femicidios frustrados ocurrieron en Carabobo y otro 33,3% en Táchira.

Víctimas menores de 21 años

Sobre las víctimas de femicidio consumados, el 100% eran de nacionalidad venezolana. El 53,3% del total de las víctimas era menor de 21 años. Otro dato destacable es que en el 13,3% de los casos las víctimas tenían menos de un año. También una de las víctimas de femicidio frustrado tenía menos de un año para el momento de los hechos.

Una de las víctimas de femicidio consumado estaba embarazada y otra tenía discapacidad del desarrollo. Dos de las víctimas estuvieron desaparecidas antes del hallazgo del cadáver. En ambos casos el mecanismo de comisión fueron golpes de puño del agresor.

Agresores en fuga

En el 93% de los casos de femicidios consumados el agresor era venezolano, dos de ellos menores de 18 años. El 26,6% de los agresores tenían una edad comprendida entre 19 y 35 años. No se encontró vinculación de los femicidas a bandas dedicadas a actividades ilícitas.

En el 6,7% de los casos se mencionó que los agresores presentaban antecedentes por violencias contra la mujer y en el 3% de los casos se logró determinar que el agresor era un funcionario policial o militar, que ejecutó el femicidio mediante el uso de arma de fuego corta.

El 53,3% de los agresores están en fuga. Solamente un 40% de los agresores que lograron consumar el femicidio fueron capturados por los cuerpos policiales. Los 6 ofensores de femicidios frustrados fueron aprehendidos posterior a la comisión del hecho.

Vínculo relacional

Los datos aportados por los medios de comunicación digital permitieron determinar que, en los casos de femicidios consumados, en el 23,7% existían vínculos de parejas o exparejas entre agresor y víctima. En el 20% de los casos el femicidio fue cometido por otros miembros familiares y en el 20% de los casos no existía ninguna relación entre el victimario y la mujer.

En el 50% de los casos de femicidios frustrados el agresor es el padre, padrastro, hermano, hijo, hijastro, primo, es decir, miembros de la misma familia.

Violencia obstétrica

Las escenas de celos o alegatos de infidelidad íntima fueron determinados como motivación aparente en el 6% de los casos analizados. En el 6,7% de los casos el femicidio ocurrió en medio de violencia obstétrica; otro 6,7% de los casos, ataque o agresión sexual. En el 59% de los casos, no se determinó la motivación de los actos violentos.

En Venezuela, el artículo 15 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia, define la violencia obstétrica como «la apropiación del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud, que se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, trayendo consigo pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad».

En uno de los casos hubo la participación de mujeres como coautoras o cómplices del agresor femicida. En el 20% de los casos se mencionó la participación en grupo de los ofensores.

Femicidios íntimos, familiares y en contextos de criminalidad organizada

La agresión femicida consumada ocurrió en la casa de la mujer víctima en el 33,3% de los casos. Otro 20% ocurrió en un lugar desolado y el 13,3% en un centro de atención médica. El 33,3% se trató de femicidio íntimo; el 20% femicidio familiar, y el 13,3%, se trató de femicidio en contextos de criminalidad organizada.

El femicidio íntimo es aquel cometido por un hombre con el cual la mujer víctima tenía al momento de los hechos, o solía tener, una relación de pareja. Los femicidios familiares se refieren a aquellos que son cometidos por hombres pertenecientes a la familia cercana o extendida de la víctima y el femicidio en contextos de criminalidad organizada es una modalidad agravada, que escapa de la relación de pareja o familia, y centra su núcleo en que el acto se haya cometido en medio de redes de delincuencia organizada.

El 50% de los femicidios frustrados, incluyendo el femicidio infantil frustrado ocurrieron en la casa de habitación de ambos (víctima y ofensor). En dos de los 6 casos de femicidios frustrados, los ofensores actuaron en grupo.

Signos de violencia y causas de la muerte

En el 26,6% de los casos de femicidios consumados el cadáver de la víctima fue arrojado en la vía pública. El 6,7% de los cuerpos presentó como signos de violencia mutilaciones o descuartizamientos y el 6,7% lesiones genitales y para genitales.

Respecto a las acciones para causar la muerte violenta, en el 33,3 % de los casos la víctima fue baleada; en el 20% fue asfixiada o estrangulada, el 13,3% fue golpeada y en el 13,3% de los casos fueron acuchilladas.

En el 33,3% de los casos consumados se utilizó un arma de fuego para cometer el femicidio. En el 40% el arma empleada fue la propia mano del agresor; y el 13,3% arma blanca o punzo penetrante.

El 50% de los femicidios en grado de frustración presentó como mecanismo de comisión la propia mano del agresor (golpes de puño). Uno de estos casos es el de la niña menor de un año.

Denuncia previa y factores de riesgo

En ninguno de los casos de femicidios consumados se hizo referencia a la existencia de una denuncia previa contra el agresor por parte de la víctima. En cuanto a los femicidios frustrados, en uno de los casos se hace expresa mención a una denuncia previa interpuesta contra el agresor.

Los factores de riesgo en el 6,7% de los casos de femicidios consumados estaban en relación con comunidades vulnerables, en las que existen altos niveles de pobreza, de delincuencia y problemáticas sociales. Otro 6,7% se basó en antecedentes de episodios de violencia sexual y otro 6,7% antecedentes de acoso y hostigamiento. El 66,7% de los casos de femicidios frustrados tuvo como factor de riesgo antecedentes de amenazas o daños físicos.

En el 60% de los casos de femicidios consumados no hubo testigos, mientras que en el 6,7% de los casos los testigos de los hechos fueron familiares y conocidos de las víctimas.

Femicidios de mujeres venezolanas en el exterior

En el mes de febrero hubo 12 muertes violentas de mujeres venezolanas en el exterior, ocurrió un femicidio cada 60 horas. Cuatro niños quedaron huérfanos y uno presenció el femicidio de su madre. Tres de las víctimas de femicidio estaban embarazadas. Un 33,3% de los casos ocurrieron en Colombia; otro 33,3% en Ecuador.

El 25% de las mujeres venezolanas víctimas de femicidio en el exterior fueron adolescentes de 16 y 17 años. Otro 33,3% tenían edades entre 22 y 30 años. Una de las víctimas estuvo desaparecida antes del hallazgo del cadáver.

En el 91,7% de los casos no se determinó la edad del agresor. El 41,7% de los agresores son de nacionalidad venezolana, el 16,7% de otra nacionalidad. El 91,7% de los agresores están en fuga.

Los hechos ocurrieron en plena calle en el 33,3% de los casos. Un 25% en un lugar apartado y el 16,7% en la casa de la propia víctima.

En el 75% de los casos la aparente motivación del agresor no se menciona; El 16,7% de los casos el femicidio estuvo precedido de una escena de celos o alegato de infidelidad íntima; en el 8,3% se trató de un ataque por venganza de organizaciones criminales.

No se mencionan los signos de violencia sobre los cuerpos de mujeres víctimas de femicidios en 33,3% de los casos, mientras que en 16,6%, se destacan mutilaciones o descuartizamiento; y en 8,3% de los casos el cadáver fue arrojado a la vía pública.

En el 58,3% de los casos la víctima fue baleada; en el 8,3% la acción dirigida a causar la muerte violenta de la víctima fue el acuchillamiento; y otro 8,3% el estrangulamiento. En el 58,3% de los casos de femicidios de venezolanas en el exterior se utilizó arma de fuego; en el 16,7% arma blanca o punzo penetrante.

La relación afectiva entre víctimas venezolanas en el exterior y sus ofensores era la de parejas o exparejas íntimas, con o sin convivencia, en el 16,7% de los casos.

El 66,7% de los femicidios de venezolanas en el exterior ocurrieron en contexto de migración. El 8,3 % presenta historial de consumo de drogas del agresor como factor de riesgo y otro 8,3% se trata de comunidades vulnerables en las que existen altos niveles de pobreza, de delincuencia y de problemáticas sociales.

El 41,7% de los femicidios de venezolanas en el exterior fue en contextos de criminalidad organizada; el 16,7%, femicidio íntimo. En el 16,7% de los casos de femicidios de venezolanas en el exterior se menciona la participación en grupo de personas ofensoras en el hecho.

En el 33,3 % de los casos los testigos del hecho fueron transeúntes; en otro 25% de los casos no hubo testigos.

Exigencias al Estado venezolano

Desde las organizaciones de la sociedad civil exigimos que desde el Estado venezolano se promueva la investigación sobre los femicidios y sus fenómenos asociados. Urge que se recojan datos y se compilen estadísticas  sobre la violencia contra la mujer como fenómeno social; y se fomenten las investigaciones sobre sus causas y consecuencias.

Es apremiante, además, la reunión sistemática de datos, desglosados por categorías y su publicación periódica con la debida explicación de la metodología aplicada, que incluyan antecedentes biográficos elementales; la vinculación entre las víctimas y los autores de la violencia; los contextos en que tiene lugar la violencia contra la mujer; la denuncia y la búsqueda de ayuda, y los inconvenientes para ello; los modos de daño y sus derivaciones, a fines de concebir y poner en práctica una verdadera y efectiva política preventiva.

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