El resultado es la formación de “troneras”, baches y grietas que día a día aumentan
La vía de La Pedregosa, en la parroquia Lasso de La Vega, se ha convertido en un verdadero laboratorio de pavimentos al aire libre. Allí se pueden observar distintos tipos de superficies: desde pavimentos flexibles de mezclas asfálticas, rígidos de concreto, hasta combinaciones de ambos.
Hace poco más de un año, la comunidad de La Pedregosa Alta dio una lección de civismo al organizar un “convite” vecinal. Con sus propios recursos, equipos y mano de obra, los habitantes repararon los baches existentes utilizando mezcla de arena y cemento, demostrando compromiso y voluntad para mejorar la vialidad.
Sin embargo, los problemas persisten. Los tramos presentan pendientes cercanas al 8% y anchos de canal que varían entre 3 y 6 metros. Los baches y grietas reaparecen con frecuencia, generando pérdidas significativas de inversión. La causa principal parece estar en la escorrentía superficial y sub-superficial: el agua de lluvia, al recorrer amplias áreas tributarias con gran velocidad, arrastra materiales mal compactados y genera humedad en la base, lo que provoca disgregación y lavado de los finos.
A ello se suman fallas en los adherentes por caducidad o mala calidad, así como la oxidación producida por las inclemencias del tiempo. El resultado es la formación de “troneras”, baches y grietas que día a día aumentan su tamaño.
La Escuela de Ingeniería Civil y el Departamento de Vías, junto con el laboratorio de materiales, tienen en La Pedregosa un espacio ideal para estudiar y analizar estas anomalías. Determinar las causas y aplicar soluciones técnicas adecuadas será clave para evitar que la enfermedad de la vialidad siga repitiéndose y afectando a la comunidad. /Redacción de RDM con información de Néstor Trujillo
