Prensa OVV Mérida
El OVV regional, entre
2020 y 2022 ha contabilizado 106 homicidios, es decir, un promedio de 35,3 por
año. En el caso de las muertes por suicidio, se lograron conocer 118 casos, con
una media de 39,3 al año.
En los últimos tres
años, 2020-2022, en las cifras recabadas y estimadas por el Observatorio
Venezolano de Violencia en Mérida (OVV Mérida), se ha detectado que,
aparentemente, los números de casos de muertes por suicidio están superando a
los de homicidio.
Según el monitoreo de
los medios de comunicación regional, durante el período observado, el OVV
Mérida ha contabilizado 106 homicidios, es decir, un promedio de 35,3 por año.
En el caso de las muertes por suicidio, se lograron conocer 118 casos, con una
media de 39,3 al año.
Específicamente, en
2021, por cada 10 homicidios estimados que ocurrieron en Mérida, acontecieron
18 muertes por suicidio, mientras que en 2022, por cada 10 homicidios, se
estimaron 31 suicidios.
Incluso, esta tendencia
observada en los tres últimos años, se sigue manteniendo durante el primer
trimestre del actual año 2023: las muertes por suicidio superan a los
homicidios en una relación de 14 versus 5, respectivamente.
En cuanto al comportamiento
temporal anual de cada una de estas causas de muerte, tenemos que en 2020 se
conocieron por los medios 39 casos de homicidios, para 2021 esa cifra subió un
poco (a 44) pero cayó notoriamente en 2022 a 23. Esto muestra -como ya lo ha
advertido el OVV- una tendencia a la baja durante estos últimos años,
propensión que viene perfilándose desde 2018.
En las muertes por
suicidio sucedió lo contrario: en 2020, año central de la pandemia, se
identificaron solo 18 casos, mientras que en 2021 ese número subió
significativamente a 45 y en 2022 a 55, lo cual supone una tendencia clara de
aumento en el reporte de este tipo de hecho en los medios.
Otra fuente para las estimaciones
Es importante recalcar
que la anterior cuantificación se consiguió utilizando como fuente el monitoreo
que el OVV Mérida hace de las publicaciones de varios medios de comunicación y
de redes sociales de noticias con cobertura en este estado andino. Además, se
vale de la consulta periódica de varios informantes clave.
Pero aplicando un
procedimiento totalmente distinto de recolección y procesamiento de la
información también se llega al mismo escenario, es decir se revela que los
valores de las muertes por suicidio superan a los de homicidio.
En este caso se trata
de la estimación de cifras absolutas y tasas, aplicando procedimientos
estadísticos con base en registros oficiales no públicos. Esta otra fuente de
datos indica que en 2021 se estimó una ocurrencia anual de 48 homicidios en
Mérida. Ese número bajó a 23 en 2022. Entre tanto, en el caso de los suicidios
en 2021 estos alcanzaron la cifra de 87 casos, mientras que en 2022 se ubicaron
en 72.
Sin embargo, se debe
aclarar que si bien los valores de las muertes por suicidio son más altos que
los de homicidio, los números estimados de suicidios, para 2021-2022, no
muestran una aparente tendencia de aumento como sí se observó en los casos
contabilizados de los medios. Por otro lado, en lo que respecta a las cifras de
homicidios, la propensión que se aprecia utilizando ambas fuentes de
información sí fue a la baja entre esos dos años.
Para 2021 la tasa de
homicidios de Mérida fue de 5,5 muertes por cada 100 mil habitantes, mientras
que la tasa de suicidios se ubicó en 9,9 decesos por cada 100 mil habitantes.
En 2022, la primera bajó a 2,7 y la segunda, pese a la percepción que genera el
mayor número de casos reportados por los medios, también bajó a 8,3.
El porqué de los resultados diferentes
Los investigadores del
OVV Mérida consideran que las diferencias entre los resultados que se generan
al analizar la información aportada por distintas fuentes, estriban
precisamente en la naturaleza misma de éstas y en los procedimientos empleados
para establecer los datos numéricos.
“No hay que olvidar
-aclaran los responsables del estudio- que las cifras que obtiene el OVV Mérida
de los medios de comunicación regional e informantes clave, se refieren solo a
aquellos casos que logran ser conocidos por la sociedad, por lo que es probable
que en realidad acontezcan más hechos de estos dos tipos de muertes violentas.
Por diferentes razones, en los medios no salen reseñados todos los casos de
estas dos causas de muerte, y no necesariamente los informantes clave van a
llegar a conocer sobre todos los casos que acontezcan de suicidios u homicidios
en la entidad”.
Lo anterior revela,
para el OVV Mérida, la certeza de que existe un subregistro en el número de
sucesos que es muy difícil de ponderar, estimar y desentrañar.
“Además, se debe tener
en cuenta que las fuentes naturales a través de las cuales se estudian estos
fenómenos sociales son los anuarios estadísticos oficiales y no los medios y
los informantes clave, por lo que toda muerte que se registre fuera de lo
indicado en esos anuarios siempre va a ser asumida como presunta o probable,
así como también serán presuntas las tendencias de aumento o descenso que se
generen a partir del registro de los casos”, explican los investigadores. Sin
embargo, por ausencia de estadísticas oficiales actualizadas en el país, los
investigadores tienen que recurrir a fuentes indirectas para estudiar y hacerle
seguimiento a ciertos sucesos sociales, entre ellos, los suicidios y
homicidios.
Además de los medios e
informantes clave, los otros números que se usan para el análisis provienen de
los registros estadísticos oficiales no públicos de muertes comprobadas por
suicidio y homicidio. A partir del uso de estos registros y aplicando
procedimientos estadísticos confiables, el OVV ha llegado a estimar y a hacer
pronósticos -con muy poco margen de error estadístico -tanto para todo el país
como para cada estado. Eso sí, advierten los investigadores que solo han
logrado tener acceso a registros oficiales de suicidios para los dos últimos
años (2021-2022). En cuanto a los homicidios sí existe una serie extensa por
entidades federales.
Lo que vemos no lo es todo
Los datos de muertes
por suicidio y homicidio que presentan las cifras oficiales -sean éstas
públicas o no- si bien son todos casos comprobados, adolecen de un problema que
afecta la exactitud de tales estadísticas: presentan un evidente subregistro de
casos. Dicho de manera sencilla: el número de casos que observamos no son todos
lo que en realidad ocurren.
Para el OVV Mérida el
origen de este carácter “incompleto” de los datos oficiales está vinculado con
el incremento en Mérida (y en general en toda Venezuela) de un renglón de los
registros denominado Muertes de Intención No Determinada, también conocido por
sus siglas MIND. Como bien indica su nombre, en esta categoría se anotan los
decesos donde las autoridades médico-legales no tienen suficientes elementos de
juicio como para determinar de forma pronta y oportuna la intencionalidad de la
muerte, es decir, si se trató de un homicidio, un suicidio o de otra causa de
fallecimiento.
Queda claro que al no
poderse establecer la intencionalidad de los decesos, al final quedarán
“ocultos”, con o sin intención oficial o de otra naturaleza, casos que o bien
pudieron registrarse como suicidios, o bien como homicidios. Al respecto los
investigadores si bien saben que esta situación genera un claro subregistro, no
pueden establecer, numéricamente hablando, su magnitud real.
Más sobre el subregistro
Si hubiese la necesidad
de apurar una estimación aproximada del impacto del subregistro, referido
específicamente a la realidad de las muertes por suicidio en Mérida, los
investigadores del OVV redondearían afirmando que “hay razones para plantear
que posiblemente cerca de la mitad de las muertes por suicidio que acontecen,
por diversas razones, no son clasificadas como corresponde”. Esto quiere decir
que tanto los casos como las tasas presentadas podrían ser el doble de lo que
actualmente conocemos. También hay razones para pensar que los números y tasas
de homicidio podrían ser más elevados, pero el subregistro conduce a subestimar
estos indicadores.
Para ahondar sobre esta
notable perturbación en los registros, desde el OVV Mérida estiman que se debe
poner la mirada en la evolución de la categoría de las ya mencionadas MIND.
“Desde el año 2012 se
inició el incremento de los casos anotados en la categoría de MIND. Aunque no
se cuentan con cifras tan actualizadas, el registro desde el año 2001 al 2018
(a partir de estadísticas de Corposalud Mérida) permite ilustrar muy bien lo que
ha venido aconteciendo en el estado en relación a un potencial subregistro de
suicidios. Durante ese lapso de 18 años, se registraron en Mérida 1.286 MIND:
de esa globalidad, por ejemplo, en 2012 (año donde inicia el ascenso), estas
representaban solo el 1,9% (solo 25 muertes) de aquel total de decesos del
período (1.286) donde se desconocía la intención de la muerte. Para 2017 y
2018, ese peso porcentual ascendió a 20,5% (263 muertes) y 20,7% (266 muertes),
respectivamente. Es decir, el número de MIND aumentó más de 10 veces entre
2012-2018”, detallan los datos generados por el OVV Mérida.
Por otro lado, desde la
óptica de las muertes violentas (homicidios, muertes por intervención policial
y muertes en averiguación, sin sumar los suicidios), el estado Mérida, en 2021,
contó con la séptima tasa más elevada del país de las denominadas muertes en
averiguación y, además, fue el estado que exhibió el porcentaje más alto de
estos decesos dentro de la totalidad de muertes violentas acontecidas en la
entidad (69,2%).
Para 2022, este
territorio andino se ubicó como la quinta entidad con la mayor tasa de muertes
en averiguación (el indicador ascendió 47,7% en relación a 2021), mientras que
la importancia porcentual de esos decesos dentro de la globalidad de muertes
violentas ocurridas en 2022 en la entidad, subió a un sorprendente 90,8% en ese
año. En otros términos, de cada 10 muertes violentas que ocurrieron en 2022 en
Mérida, 9 estaban en estudio forense.
Es decir, sobre este
determinante aspecto del subregistro, por un lado el incremento de las MIND y,
por otro, el aumento de las muertes en averiguación permiten intuir con mucha
certeza que es muy probable que en ambas categorías queden “ocultos” cierto
número de casos de homicidios y de muertes por suicidio. En este caso, a mayor
valor y ascenso de estas categorías, mayor será la probabilidad de que crezca
el número de casos no contabilizados, lo que implica que mayor será la
subestimación de las tasas de homicidio y de suicidio.
Interpretaciones abiertas
Establecer que las
muertes por suicidio pudieran estar superando a los homicidios en cantidad,
puede ser una afirmación inquietante en un país donde, precisamente, la más
radical de las formas de violencia interpersonal -es decir los homicidios- ha
sido el indeseable referente de la realidad social venezolana. Para el equipo
del OVV Mérida, las explicaciones para este resultado pueden ser variadas.
Para empezar, la
aparente caída de los homicidios quizás obedezca a la combinación particular de
una serie de factores que han sido expuestos por el OVV en otras oportunidades.
De forma resumida se ha indicado -siempre en un plano de conjetura- que, la
notoria migración hacia el extranjero destaca como un factor que ha promovido
la disminución tanto de presuntos delincuentes como de posibles víctimas.
Igualmente, el aumento
de las muertes por intervención policial -hasta el 2020- plantea el escenario
de que han muerto posibles victimarios en enfrentamientos con funcionarios de
la fuerza pública en diversos hechos de resistencia a la autoridad. También la
disminución sostenida en el uso de armas de fuego para cometer delitos; la
desaparición de bandas delincuenciales por distintos motivos (por ejemplo:
desmantelamiento de parte de cuerpos de seguridad del Estado); y el aumento de
los registros de muertes en averiguación que genera subregistro de casos, todo
ello ha podido incidir en la disminución de los homicidios.
En el tema particular
de las muertes por suicidio, la singularidad que posee el estado Mérida en este
asunto, el cual ha sido estudiado por el OVV Mérida desde 2017 hasta el
presente y cuyos resultados han sido reseñados en diversas publicaciones;
combinada en parte con la emergencia humanitaria compleja que sufre esta
entidad andina (al igual que todo el país) podría explicar el sostenido
importante número de casos de suicidios que siguen ocurriendo en suelo
merideño.
Estiman los
investigadores, por otro lado, que el supuesto descenso de los homicidios
coexistiendo con valores importantes de casos de suicidios que en momentos
tienden a mostrar números en ascenso, es lo que explicaría la superioridad
numérica de estos últimos sobre los primeros.
Pero a pesar de todo lo
dicho, el OVV Mérida advierte que el impacto del ya descrito subregistro que se
presenta en los casos de las dos causas de muerte analizadas, conduce a
concluir que es difícil asegurar plenamente que las muertes por suicidio
superan a los homicidios, incluso a la inversa también.
“Esto se debe
-argumenta el equipo de investigadores- que dicho subregistro es diferencial
según la fuente de información que se consulte y diferencial para cada causa de
muerte. Además, se desconoce su cuantía y magnitud por ausencia de información
estadística, y por los momentos no puede ser calculado para proceder a corregir
las estimaciones de las cifras absolutas y de la tasas”.
Lo que sí puede
conjeturar el OVV Mérida, con base científico-técnica, es que “se está
observando esa tendencia –la superioridad de casos de suicidios versus
homicidios- y que existen diversas razones de peso que llevan a decir que es
probable que se corresponda de forma muy aproximada con la realidad social
actual de Mérida”.
Foto: Cortesía del Diario Frontera