viernes, 24 de junio de 2022

Cómo evitar un suicidio en primavera

 





POR LUIS LOAIZA RINCÓN.

Ganar las elecciones del año 2024 pasa por tener candidato, pero sin saber qué se hará con el país, acabará hasta con los mejores aspirantes. O sea, sin una visión clara del país que debe construirse, es imposible que la campaña pueda dar en el blanco. Por tanto, sin una visión del país y sin un plan para enfrentar los más serios problemas que padecemos, sólo quedará una ristra de ambiciones.

 El manejo estratégico de la comunicación es un elemento fundamental para el éxito de la campaña, porque ello implica un complejo proceso de persuasión en distintos niveles. Con qué se convencerá a los votantes? Por si sola la salida de Maduro no nos lleva al paraíso. Los ciudadanos buscarán claridad y coherencia, de lo contrario dudarán. Algunos consideran que sólo siendo un antimadurista radical basta, y no es así. Las más recientes encuestas están hablando claro de la extrema debilidad de todo el liderazgo opositor y de las exigencias que los ciudadanos le hacen a una dirigencia percibida todavía como muy bisoña para afrontar el reto de construir el cambio en paz. De manera que se necesita mucho más que el extremismo.

 Adicionalmente, los equipos de campaña que tienen claros sus objetivos, sus recursos, sus oportunidades y riesgos tienen mucho mejores posibilidades de llevar a buen puerto todos sus empeños y están en posibilidades de, incluso, revertir una situación muy adversa. Es necesario que los candidatos y quienes tomarán decisiones a lo largo de la campaña estén comprometidos con el proceso de definición del objetivo estratégico, la definición de las metas de los programas y los parámetros de evaluación. Con grupos desestructurados y en pugnas internas jamás se llegará lejos. La unidad, por tanto, no sólo es la que se necesita para apoyar al candidato sino también la que hará falta para que se conformen los equipos de campaña.

 Sin diagnósticos precisos y realistas tampoco se llegará lejos. Para hacer avanzar la campaña es fundamental tener claro el cuadro general de la situación política y electoral del país, de los estados, municipios y parroquias. Cómo han votado tradicionalmente nuestros electores, el perfil de los votantes potenciales, cuántos participan y cuáles han sido sus preferencias históricamente. También se debe conocer el perfil del elector que generalmente se inclina por el oficialismo y evaluar las posibilidades de los contrincantes.

 Es muy importante tener clara la identidad institucional de la alianza de partidos que sustente las aspiraciones del candidato del cambio. Dónde estamos, dónde están los otros y cuál es el punto en el horizonte al cual se dirigirán todo los esfuerzos en la campaña; la evaluación de las fortalezas y debilidades de las organizaciones políticas que respalden nuestro candidato así como las oportunidades y amenazas que presente el entorno. También es fundamental tener plena conciencia de los recursos (reales, probables y posibles), materiales, económicos y humanos con los que contará la campaña.

 Enfrentar lo excepcional requiere conjugar talentos, colaboración multidisciplinaria, multicultural, multinivel y participativa. El trabajo en equipo implica alcanzar un entendimiento compartido de las situaciones y de los objetivos, con una orientación muy fuerte a la innovación creativa. La ventaja con que cuentan los equipos reside en el apoyo de la tecnología de información y la experiencia en la formación de ambientes colaborativos. De allí que las primarias no pueden ser a muerte porque siempre será necesario armar equipos desde las diferencias.

 Finalmente, el país que surja de allí tiene que ser de inclusión y unidad nacional. Construir gobernabilidad será tan difícil que los inestables equilibrios potenciarán la importancia estratégica de todos los actores, incluidos los menos apreciados. Hacer lo contrario será un suicidio en primavera.

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