Ángel Ciro Guerrero
La montaña, la historia, la gente:
Pueblo Llano, en el Estado Mérida, es una tierra rica, definitivamente. Un solo
dato: su potencial hídrico suma 1.661 millones de litros de agua al día, el 27%
del total nacional. En sus 104 kilómetros cuadrados se cosechan,
principalmente, papa y zanahoria en una extensión de cultivos que supera las
2.460 hectáreas, ubicadas a 2.161 metros sobre el nivel del mar. Sus productos
se distribuyen en todo el país. Es el municipio número 17 de los 23 que
conforman la geografía merideña y lo
habitan algo más de 20.000 personas, en su mayoría dedicadas a la
agricultura.
La historia refiere que Pueblo Llano
estaba poblada por indígenas de la raza Chinoes. Fueron estos naturales quienes
recibieron a los hombres vestidos de hierro, de rostro barbudo y curtido por el
sol paramero, portando espadas de acero toledano, arriba de caballos, animales
jamás vistos; que anunciaban su presencia con el ruido de tambores y flameaban
hermosas banderas de distintos signos y colores. Los presidía el conquistador
español Juan Maldonado cuando, hace 464 años, bajando de Trujillo, llegó al
hermoso valle, de clima fresco, propio del piedemonte andino, donde se asienta
un pueblo de acendradas tradiciones, muy católico, el único en Venezuela que
celebra por todo lo alto el día de su Descubrimiento, el 19 de marzo de 1.559.
Juan Maldonado había nacido en Barco
de Ávila, Salamanca, en 1525, embarcando hacia la América a los 15 años y
arribando a Santa Fe de Bogotá a los 18 recién cumplidos. Entre sus
acompañantes venía Juan Rodríguez Suárez, quien, en 1559 “trasladó la ciudad de Mérida a su actual
emplazamiento y la llamó Santiago de los Caballeros, que Juan Maldonado fundara
un año antes, el 9 de octubre de 1558. Fue, además, el fundador de la Villa de
San Cristóbal, la capital del Táchira, el 31 de marzo de 1561. Militar de
profesión, los historiadores le tienen como un hombre que amó la literatura
igual que la carrera de las armas. Su familia era rica y culta, grandes eran
los dueños de muchos sembradíos en Salamanca y Zamora peninsulares. Muere en
1572, y sus restos reposan en la Iglesia Mayor de Pamplona, Colombia. Vale la
pena su estatua en algún lugar prominente de Pueblo Llano.
De reconocida raigambre democrática,
sus mujeres y sus hombres compendian buena parte de la historia de la geografía
humana de los pueblos de estas altas y hermosas montañas, que la distinguen sus
habitantes, toda gente buena, laboriosa y emprendedora. Se puede afirmar que
Pueblo Llano aporta más de un 12 % al crecimiento de nuestra economía y en el
mapa regional está entre los primeros en producción y exportación a los
mercados nacionales. Así, la flota de
transporte en todo el municipio, sobrepasa las 700 unidades que semanalmente
cruzan la red vial hacia los cuatro puntos cardinales del país para abastecer
de alimentos la cada vez creciente demanda. Pero, como el resto de Venezuela,
en especial el sector agrícola, está severamente amenazado.
La falta de combustible es del todo
perjudicial. Ha causado graves pérdidas a los pequeños productores, la mayoría.
Igualmente, la notoria ausencia de la ayuda gubernamental en materia de
créditos y de suministros para el agro, especialmente semillas y químicos. Ha
sido una constante que aún no ha recibido respuesta satisfactoria, aunque sea
una sola pero efectiva, por parte de las autoridades. Las colas de autos y
camiones para surtirse de gasolina son insufribles por el obligado
razonamiento, en un país como el nuestro cuya economía la sostiene el petróleo,
y del oro negro se extrae la gasolina.
“Hay que razonar con el corazón en la mano”
En su pequeño despacho siempre hay
mucha gente. Son campesinos, son productores, son camioneros, son liceístas,
son artistas, pintores, poetas, músicos, son deportistas, son madres con sus
pequeños hijos. Una larga fila que espera ser atendida por Rosalino, así le
llaman. El Quintero de apellido quedó casi en el olvido, sólo para actos
oficiales se le recuerda. Es que desborda simpatía, “buena vibra”, dice Luis
Rangel, amigo fiel de toda la vida. Nacido en “Las Agujas”, aldea vecina a
Pueblo Llano, a los 18 años se inició en la política militando en Acción
Democrática, partido en el cual en poco tiempo figuró entre los muchachos con
muy seguro porvenir. Igual en los estudios. De los 72 años que actualmente,
tiene 52 los ha dedicado, ininterrumpidamente, a trabajar por la gente, por su
pueblo, por su región, por Venezuela. “Me hice político, pero comprometiéndose
a ser "un político bueno, a servir, no a servirme de la gente, ni del
cargo. Y lo he cumplido. Nadie puede argumentar lo contrario”. Es un hombre humilde,
sin duda. Todo el mundo lo quiere. Sus posibles adversarios, que son muy pocos,
le respetan. De mensaje claro, destaca
en sus relaciones con todo el paisanaje. Los “mayores” del pueblo, que
así llaman a los de tercera y cuarta edad, porque los hay muy longevos, le
aconsejan y él escucha con paciencia y respeto. “Sigo aprendiendo porque la
vida es un aprender a vivirla, porque es muy dura, y no olvidar lo que
aprendemos día a día. Esa es la mejor ganancia que podemos contar los que
tenemos amigos en todas partes. Eso sí, puedo decir que nos favoreció la
fortuna”, aclara..
Diligente, está en todo,
supervisando lo que en su gestión se cumple, bien en la aldea, bien en la
calle, bien en la plaza. A diario, con su equipo, indaga, constata y,
disciplinado, planifica y decide. Observador innato, nada se le escapa.
Pregunta por la salud de un anciano que está enfermo y vive a la salida del
pueblo, confirma que a las siete de la noche asistirá a una reunión con
transportistas y cita para el sábado, al mediodía, a un grupo de muchachos a
los cuales les dará respuesta al planteamiento que le formularán una semana
antes. “Antes no puedo”, aclara, “porque tengo que asistir a una asamblea de
vecinos”.
Recibe al periodista, su amigo de
años y le indica a los presentes (ya dijimos que eran muchos) que “si quieren
pueden quedarse y escuchar lo que voy a decir, que todos ustedes saben qué es
porque a nadie le oculto nada”.
-Le
pregunto: ¿En cuál nivel, según su opinión, se encuentra Pueblo Llano como
Municipio, dentro de la situación que se vive lastimosamente en la Venezuela de
estos tiempos tan duros y difíciles?
-Sinceramente opino, igual que mis paisanos, que el país jamás
había vivido una crisis tan descomunal como la fomentada por la revolución que
nos gobierna. Y no es cuestión de odios, politiquería o de hablar mal por
hablar mal. Es la verdad que se nota en todas partes. No hay sector alguno que
no tenga una aguda problemática en lo social, en lo económico. Hay que
reconocer, porque es muy cierto, que al gobierno se le ha aconsejado desde
todas partes, dentro y fuera del país, por nuestros mejores técnicos y
especialistas, así como del exterior, que tenía que haber cambiado el manejo
torpe de la economía e impulsar, cuando lo ha debido hacer, a tiempo, planes y
programas realmente dirigidos a fomentar progreso y desarrollo. Ha tomado
medidas, es verdad, tratando de mejorar la crisis nacional, pero en la práctica
muy pocas han resultado provechosas.
-¿Se atreve a dar alguna recomendación en
medio de tanta confusión que existe en el escenario público, dada la crisis que
nos agobia?
-Mire, Ángel Ciro, todo está dicho,
todo está planificado, pero al parecer no todo fue dicho con la verdad en la
mano ni estuvo bien su planificación y menos su ejecución. Pareciera que no supieron qué hacer ni cómo hacerlo, por lo
que mucha gente piensa que esa falla es propia del socialismo, que todo lo
quiere arropar con la visión centralista, dogmática y revolucionaria que, sí a
ver vamos, ninguna de sus acciones lo han sido porque, tengo entendido, si no
me equivoco, que las revoluciones transforman, las revoluciones crean, las
revoluciones adelantan, van hacia el futuro, conducen a las sociedades, a sus
pueblos, a su gente hacia un mejor porvenir.
-¿Y
eso aquí no ha sucedido? ¿Qué ha pasado en casi dos décadas y media de
gobierno?
-Francamente le respondo: Muchas
promesas, pocas concreciones. Mucha propaganda y nada comprobable. Es que lo
bueno que en democracia había, y funcionaba, lo convirtieron en malo y lo malo,
que también lo había, hay que reconocerlo, lo volvieron peor. Eso lo podemos
comprobar en un solo ejemplo: ¿Cuántos ministerios, que eran eficaces realmente
y en eso no hay discusión, en lo que el oficialismo llama “la cuarta república”
existían? ¿Cuántos, con toda la nueva burocracia revolucionaria, existen ahora
y, de verdad, son todos eficaces? La respuesta no la doy yo: la da el pueblo.
El
gobierno adquirió con los productores andinos un severo compromiso: acabar con
el contrabando
El pueblo y los sectores de la alta
montaña reiteraron, con su apoyo total, el liderazgo que en la región andina se
ha venido ganando Rosalino Quintero. Demócrata a carta cabal, respetuoso de lo
plural, dialoga sin divisiones ni menos discusiones, el devenir de la región en
medio de la grave crisis que atraviesa. En especial, los productores agrícolas
que, como se sabe, son el 80 por ciento de los pobladores de esas tierras tan
generosas. Ese liderazgo le permitió convocar a los representantes de los
muchos movimientos, organizaciones y grupos que conforman el sector agrícola y
llevar a cabo un completo análisis de la situación. Portando un completo Informe, bajó a la capital con representantes de los
productores y se lo entregó formalmente al General de División Jefe de la ZODI en el estado Mérida. Razones por delante
y denuncias con pruebas, el alcalde Pueblo Llano planteó la necesidad, urgente,
de que el alto oficial de la Fuerza Armada convocase a su vez al mayor general
jefe de la REDI en Los Andes y a los generales de división responsables de la
ZODI en los estados Táchira, Trujillo, Barinas, Portuguesa y el comandante
general de la Guardia Nacional en Mérida. Los militares se comprometieron a reunirse con los productores para escuchar
el planteamiento de los estados ya mencionados. Así, el viernes 17, en Pueblo
Llano se llevó a cabo una asamblea, calificada de extraordinaria, la primera
que se celebra en el país entre las FAB y los productores. En el gimnasio
cubierto “José Félix Ribas”, más de 4 mil personas acompañaron a 15 dirigentes
que, con respeto pero firmeza, denunciaron la situación que el sector
atraviesa, consecuencia directa del contrabando desaforado, exagerado y por
supuesto del todo ilegal, que desde Colombia entra a Venezuela, sobre todo de
papa.
Rosalino Quintero dejó claro ante
los militares que dicha situación está perjudicando notablemente no solo a la
región sino a todo el país. Explicó que a Venezuela ingresan, casi todos los
días, de tres a cuatro camiones cargando unos diez mil kilos de papa que, por la libre, sin que los paren
en la alcabala y con permisos no siempre en regla, llegan hasta nuestros
marcados mayoristas en toda la nación y la venden a precios muy por debajo de
la producción nacional. A cambio, los camiones cargados de papa nacional son
detenidos en cada alcabala, registrados
y chequeados hasta el cansancio los permisos, en abierta demostración de
favoritismo con los productores extranjeros. Pidió el cese del contrabando,
tanto de papa como de ajo, zanahorias y otros rubros. Dijo que le llevaran al
presidente en Miraflores el Informe, le explicaran lo que ocurre y pidieran, a
nombre de más de 20 mil productores de la alta montaña, mediante decreto, la
inmediata prohibición de la llegada de papa al país, procedente de Colombia.
Junto con los líderes, que hablaron
todos, escucharon las respuestas de los militares, comprometiendo su ayuda. Uno
de ellos dijo que, siendo las FAB el ejército del pueblo, cumplirían la tarea
encomendada, como siempre cumplen cuando el pueblo los llama. Señaló asimismo
que están “a favor de los productores de papa venezolanos. Queremos a la papa
venezolana. No queremos la papa colombiana”, precisaron en medio de atronadores
aplausos. Lo que fue considerado “El Grito del Páramo”, se constituyó en abierto
llamado al ejecutivo nacional a frenar, de una vez por todas, el contrabando.
Desde el viernes 17 de agosto, hasta la fecha, se han detenido ya varios
camiones procedentes de Colombia. Una demostración de cumplimiento que, ojalá,
prosiga y no sea transitoria.
“Todos
estamos obligados a sacar al país del atolladero”
Rosalino Quintero no se siente del
todo satisfecho por la tarea que le ha correspondido desempeñar a favor de las comunidades de Pueblo Llano,
manifiesta: “Sigo trabajando con igual ímpetu que el primer día. Sólo que al
país lo retrocedieron, insisto, por lo que se triplicó, no, me equivoco, se
quintuplicó su problemática en todo sentidos, desde el racionamiento obligado
de la electricidad, porque dejaron perder el Guri; del gas, teniendo Venezuela
uno de los principales yacimientos existentes en el mundo: los servicios
públicos esenciales, como la Salud, la Educación, la Alimentación y
medicamentos ,en fin el cuido y atención social a la gente, no sirven, por más
pañitos calientes que de vez en cuando el gobierno les coloca. A cambio, ¿qué
ha sucedido? Pues que la pobreza crítica supera el 80%, lo testimonian los
pobres hurgando en la basura buscando qué comer; el desmesurado abuso del alza
de los precios y el vergonzoso y miserable salario que perciben los empleados y
trabajadores de la administración
pública, sin que olvidemos que la seguridad de las personas está en mano, no de
la policía, sino de los bandidos, los criminales de los llamados “trenes”, que
son tan poderosos que hasta invadieron Colombia, Ecuador, Perú y llegaron hasta
Chile”.
-Le
insisto: ¿Qué hacer para encontrar el remedio, pero uno que no resulte peor que
la enfermedad?
-Hay que razonar con el corazón en
la mano. El destino de la república no puede seguir del timbo al tambo; en
medio de discusiones que no llegan a nada; de acuerdos que no se cumplen; de
negociaciones que nadie sabe qué fines buscan los llamados representantes de la
oposición, que nadie sabe a quién representan ni quiénes los eligieron. Razonar
con sinceridad es una obligación que, modestamente, les pido a los aspirantes a
presidentes. El tiempo de las promesas pasó. Llegó el de la verdad. Venezuela
quiere y logrará el cambio, que es una demanda nacional inalterable,
irreductible, que ya el gobierno no puede frenar. Pero esa victoria pide
sacrificios: quizás el más importante sea el de la unidad, igual el dejar de
lado lo personal, lo partidista, lo ideológico. Esa unión, que debe ser
sincera, tiene que comprobarla el pueblo, los ciudadanos, en fin la gente. De
serlo, acudirá mayoritariamente a sufragar por quién considera el mejor.
“El
pueblo buscaba un líder, y ya la encontró”
Se levanta, va hacia la ventana y
observa la Plaza Bolívar, al frente. Es un mediodía de fuerte sol. Afuera hay
mucho movimiento. La gente, va de un lado al otro, conversa (con el “cantaíto”
tan singular con que aquí se habla el español, herencia del europeo que llegó
hace más de 4 siglos a este pueblo de montaña) y sonríe, otra virtud muy
elogiada de esta buena gente. Da media vuelta y de pie, sonriente, espera la
nueva interrogante.
-¿Usted
a quién apuesta, a quién va, a quien apoya y por qué le ofrece su respaldo?
-Todo Pueblo Llano sabe que nací en
democracia, me hice hombre en democracia, trabajé duro por ella, la sufrí en carne
propia y por ella, que es defender sus postulados, que no son otros que clamar
por un Estado de Derecho; defender la letra y el espíritu de la
Constitución, repudiar la violación de
los Derechos Humanos, en fin de exigir la
libertad, me llevaron preso, de una prisión a otra y todavía, a ciencia
cierta, sin saber cuáles fueron los motivos pues, que yo sepa, actué de acuerdo
a la ley. Y le respondo, amigo Ángel Ciro: Estoy claro, muy claro, como
demócrata que soy, que veo en María Corina Machado a la líder que el país
estaba esperando. Su mensaje es esclarecedor, el pueblo lo entiende y lo
acepta. Interpreta lo que el venezolano siente, sufre y anhela. Su liderazgo
crece cada día como crece el respaldo a favor suyo. No lo digo yo, lo muestran
todas las encuestas. Está muy por delante de los restantes contrincantes. Las
líneas maestras de lo que habrá de ser el gobierno, hasta la fecha definen lo
más propicio a la solución de los grandes problemas nacionales en lo económico,
en lo social. Ha dicho que con ella gobernarán los mejores, lo cual es una
garantía de que se cumplirá con lo ofrecido.
-Por
supuesto, ¿usted entonces cree en las primarias del 22 de octubre y, piensa que
María Corina Machado. las ganará? ¿Ese triunfo significará que en las
elecciones nacionales también ella resultará electa presidente de Venezuela?
-No tengo la mejor duda, si
analizamos con honestidad lo que salta a la vista, a pesar de las dificultades,
que son muchas, tanto por parte del oficialismo como de los otros adversarios
de la democracia, que los hay, será la triunfadora. El gobierno, que se
desestabilizó en su creencia, hasta el día de hoy, de que tenía la mayoría; de
haberlo hecho bien en los 25 años que lleva en el poder, entró en una fase,
mortal en política y sobre todo en materia electoral, que es la fase de la
desesperación. La persecución, la ofensa, el irrespeto y la aplicación de
medidas tan burdas como írritas, el de la inhabilitación total y absolutamente
ilegal, por ejemplo, están demostrando que perdió la brújula. Y lo peor, que no
la encuentran.
-Usted
es un reconocido líder político en el páramo merideño, así opina mucha gente de
todos los sectores. La prueba está que, de prisión llegó, triunfante y llevado
por el pueblo, de nuevo a la Alcaldía. ¿Observa, acaso, despejado el horizonte,
aunque aquí entre montañas resulta muy difícil?
-A los “gochos”, como nos llaman el
resto de los venezolanos, nos caracteriza –y lo hemos demostrado- saber
avizorar el panorama nacional, desde el encierro geográfico en que nos encontramos.
Y lo hemos hecho bien a través de la historia, eso es notorio. No podemos ni la
fe ni la esperanza. Creo, seriamente, que a Venezuela le llegó la hora de
producir el cambio. Los pueblos cada cierto tiempo sienten la necesidad de dar
un vuelco en su tránsito hacia la superación. Sobre todo cuando ha venido
sufriendo la más dura de todas las crisis que el país haya vivido en toda su
historia. Los venezolanos queremos que ese cambio se produzca cuanto antes,
para detener la alocada carrera que la nación lleva hacia el abismo. Pero lo
queremos por la vía democrática, que es la electoral, en paz y sin violencia
alguna. Esperamos que el gobierno nos demuestre estar de acuerdo.
-¿Cree usted que lo estará?
-Debe estarlo. Tendría que estarlo.
Es una obligación suya propiciar lo mejor para el país. Y nada mejor para
Venezuela que regresarle su progreso, su desarrollo, la paz y la libertad.
Creo, asimismo, que el gobierno tiene frente a sí el reto de su vida: demostrar
que piensa, que quiere, que trabaja y que gobierna para los ciudadanos. No creo
que en estos tiempos pueda estar pensando en atrincherarse en el poder e
imponer una ideología que, en todo el mundo, ha fracasado. Que busque un sitial
de honor en la historia, no el degredo..