Por: Giovanni Cegarra…
La costumbre andina de degustar de siete platos de comida diferentes: sopa, arroz, pasta, pescado o ave, ensalada, verdura, dulce o similares, el jueves de la Semana Santa, Jueves Santo, tiene su asiento en las siete palabras que Jesús pronunció antes de su muerte, el recordar el momento de su última cena con sus Apóstoles, lo que representa todo un banquete familiar y allegados, hoy día, en esta economía dolarizada que tenemos en el país, es cuesta arriba para cualquiera.
Si alguno logra cumplir tal costumbre el Jueves Santo, serán potajes en crisis, el alimento que habría de consumirse en familia para mantener tal tradición por la Semana Santa, no será como en años anteriores, ante los costos elevados que habrán de pagarse para, al menos, degustar unos suculentos siete potajes.
Volteando la tortilla, como se dice en el argot coloquial popular, en estos tiempos críticos económicos aún pandémicos, esto de los siete potajes en el Jueves Santo, en Mérida, capital del municipio Libertador del estado homónimo, los merideños y los que no lo son, aparte de pensársela en intentar comerlos como en otras pasadas Semanas Santas, se imaginarán poder disfrutar de siete potajes perennes en crisis: 1-buen servicio de energía eléctrica, cesen los bajones y cortes inesperados, 2-contar a toda hora de suministro de agua potable, 3-constante patrullaje policial, 4-diario suministro de gasolina, 5-eficiente suministro de gas, 6-transporte público de altura sin aumento indiscriminado del pasaje y 7-cese exagerado aumento de las cuotas mensuales por suministro servicios públicos.
Potajes en crisis, aparte de otros más que se sumarían a una larga lista, a colación, en esta Semana Santa, en la que en la región andina merideña venezolana, se intentan revivir, costumbres y tradiciones, que otrora se disfrutaban a todo dar y hoy por hoy, pues, hay que pensárselas e imaginárselas y amén.
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