De acuerdo a la religión católica
comer carnes rojas durante los Días Santos
representa el cuerpo de Cristo crucificado, es por ello que los
creyentes merideños acostumbran llevar a
sus mesas durante la Semana Mayor el pescado, sin embargo, la inflación impide
que muchos paguen precios que, a veces, sobrepasan el
millón de bolívares por kilogramo.
“Hago un llamado a las autoridades
competentes, estos precios están acabando las temporadas y las costumbres que
teníamos, acabaron con la Semana Santa también, ya no se puede comprar”, fue el
testimonio de Pilar Rojas, quien además denunció la especulación que se vive en
cada comercio de la región – en ese sentido- hizo un llamado a la
Superintendencia Nacional para los Derechos Socioeconómicos de Venezuela
(Sundde), debido a que la diferencia de precios entre comercios es exagerada, “
hay que caminar para conseguir mejores precios, pero todos están caros, eso
debe tener un control ” agregó.