El pasado 5 de septiembre, durante la primera
corrida de toros de la Feria de Tovar, los asistentes del Coliseo El Llano se
enfrentaron a una irónica y lamentable paradoja: la lluvia caía con más fuerza
dentro que fuera del recinto.
El techo, popularmente conocido como "La Rosa
de Los Vientos", ha sucumbido al paso del tiempo y la falta de
mantenimiento, convirtiendo al coliseo en el único de su tipo que, a pesar de
tener una cubierta, es incapaz de proteger a sus visitantes.
Desde lo alto, un ícono de la ciudad de Tovar se
desvanece en silencio. Lo que alguna vez fue un diseño vibrante de la
arquitecta Maritza Lander, hoy agoniza bajo el sol y la lluvia. El techo, que
forma parte del majestuoso Coliseo El Llano diseñado por el arquitecto Claudio
Corredor, es ahora un colador. /Germán D' Jesús Cerrada