martes, 5 de agosto de 2025

Ciudadanía merideña exige gobernanza local, no improvisación

 

No merecemos que alcaldes gobiernen con la mira puesta solo en su periodo

 



 

Al caminar por nuestras calles, es inevitable toparse con el reflejo de una administración que, en muchos casos, parece haber dejado sus obligaciones a medio camino. Calles llenas de baches, semáforos que funcionan de manera errática y montañas de basura que se acumulan en esquinas y parques no son solo problemas de infraestructura, sino síntomas de una gobernanza local fragmentada y poco comprometida con el bienestar ciudadano.

 

Con la culminación del último periodo municipal, resurge un patrón preocupante: la actitud de "yo ya no estoy, que resuelva el que viene". Esta mentalidad no solo perpetúa el abandono de las urgencias cotidianas, sino que evidencia una falta de rendición de cuentas y planeación a largo plazo. Los gobiernos locales no son administradores de turno, sino gestores responsables del desarrollo sostenible de nuestras comunidades.

 

Una transición de gobierno no debería ser un simple trámite protocolario, sino un proceso riguroso donde se auditen obras pendientes, se transparenten recursos y se garanticen soluciones continuas. Sin embargo, lo que vemos son calles sin reparar, servicios públicos desatendidos y una desconexión entre las promesas y la realidad.

 

La acumulación de residuos en la vía pública no solo afecta la salud y la imagen de la ciudad, sino que demuestra la falta de coordinación entre recolección, limpieza y educación ciudadana. Si bien los vecinos tienen una cuota de responsabilidad, es deber de las autoridades garantizar un sistema eficiente y constante, no uno que colapse al cambiar de administración. / Redacción CC

 

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