Rendirse no está en el diccionario de los revolucionarios
***Merideños se movilizaron hacia el estado Táchira para apoyar las acciones del gobierno bolivariano del presidente Nicolás Maduro, contra una nueva agresión del imperio norteamericano
Trabajo Especial
Prensa Jehyson Guzmán
“Sobre los puentes que unen a los hermanos pueblos de Colombia y Venezuela, los hijos de Bolívar y Chávez, con heroísmo y dignidad histórica enfrentaron al imperialismo estadounidense que, con la excusa de la supuesta ‘ayuda humanitaria’, osó invadir y pisar territorio venezolano”, inicia Carlos Aspúrua su documental La Batalla de los Puentes.
Este trabajo recoge lo sucedido los días 22 y 23 de febrero de 2019, cuando Estados Unidos intentó introducir al país, desde suelo colombiano, su fingida asistencia, lo ocurrido en los puentes internacionales Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y los de Las Tienditas y Unión.
Jehyson Guzmán, protector del estado Mérida, quien comandó a un grupo de 804 merideños y merideñas (805 con él), narró lo que vivieron mientras resguardaban el lugar que se les había asignado, el puente internacional Simón Bolívar, conscientes de lo que les podía pasar, pero con el corazón latiendo fuertemente en defensa de la patria que los vio nacer. Dijo que el pueblo venezolano una vez más defendió su revolución con todo. “Fue algo así como aquel 11 de febrero, nadie esperó el 13 para salir a la calle”.
Opositores abandonados a su suerte
En territorio tachirense la “tropa” de merideños se preparó para defender la patria, su soberanía. Ya en el lugar, Jehyson Guzmán cuenta cómo la “dirigencia” opositora abandonó a su suerte a sus seguidores, dejándolos botados del lado de Colombia después de su “famoso” concierto Aid Live.
“Esa fue una acción macabra (…); ellos se fueron confiados y después que estaban de aquel lado en pleno concierto, el sinvergüenza, violador de derechos humanos, el Presidente de Colombia, cerró la frontera; eso debería tipificarse como un crimen de lesa humanidad (…); toda una cosa loca. Los Rastrojos cobrándole a la gente de allá para acá”.
Organizándose para la batalla
Los merideños fueron a apoyar al Táchira, preparados para defender la soberanía del país, entre ellos integrantes del Bloque de Colectivos Revolucionarios (BCR) de Mérida, liderados por Wilmer Valero (Wicho), quienes jugaron un papel muy importante en la consolidación de la batalla. “Recuerdo haberle dicho al equipo cuando llegamos: Yo le acepto que se devuelvan pa’ Mérida 806, 807, 808, pero no uno menos, es deber de todos defender a todos”. Contó además Guzmán que entre ellos había una muchacha embarazada de seis meses. “Cuánto valor en medio de una guerra, tan grande y tan heroica como las heroínas de Mérida”.
Dijo que el 22 ya había mucha tensión por el cierre de la frontera. Esa noche Darío Vivas convocó a una reunión para organizarse para el siguiente día desde muy temprano, porque tenían información de que iban a intentar pasar de Colombia a Venezuela con violencia.
“Los merideños estamos resueltos a ser libres, como lo estuvimos cuando se formó nuestra República, cuando ganamos la independencia, dispuestos a mantener esa estrella que dio Mérida a nuestra bandera, con las siete hermanas estrellas restantes”, dijo el 23 Pedro Álvarez, coordinador de seguridad y defensa del Psuv estadal, quien estuvo combatiendo sin desmayar en esa batalla.
Resguardando el puente Simón Bolívar
Los 805 de Mérida fueron asignados al puente Simón Bolivar junto a 200 de la Jpsuv de Caracas. Al día siguiente llegaron al lugar y frente a sus ojos pasó una tanqueta de la Guardia Nacional a toda velocidad el puente hacia Colombia. “Sonaron las campanas de aquel lado y ellos arrancaron la operación, esa fue la señal. Estaban Olivares y Vilcar Fernández de aquel lado, ya tenían quiénes los iban a recibir”.
Las delegaciones de Mérida y Caracas se apostaron en el pasillo de la aduana y el puente a esperar orientaciones, para evitar el paso de violentos; mientras que comenzó el forcejeo del otro lado con la GNB para romper el cerco.
A las once de la mañana empezó otra combate, pero con más fuerza. “A las 11:30 de la mañana comenzaron a lanzar bombas molotov contra la policía, la guardia y nosotros vamos moviéndonos hacia el puente, hacia donde estaban lanzando objetos contundentes, piedras y bombas molotov (…) y ese es el instante en que le dan una pedrada al Alcalde de Alberto Adriani (Mezin Abou Assi)”, a quien luego le agarraron 32 puntos.
Querían acorralarlos, pero se organizaron en grupos para defender el puente y la retaguardia. “Ahí no había Fuerza Armada, es por eso que fue un acto heroico de esos muchachos, porque cuando viene ese montón de gente (…); yo calculo que eran unas dos mil personas, eran más que nosotros, pero no con más fuerza y nos han recibido con una ráfaga de plomo impresionante”.
Comenzó un enfrentamiento fuerte y aparecieron los jóvenes de Caracas que treparon, tal cual hombres arañas, las paredes de casas y edificios de la zona para apoyarlos desde arriba con piedras.”Impresionante el valor de estos muchachos”.
Entre las once y media y las dos de la tarde fue de mucho combate; allí recibieron apoyo de la Fanb, “Con el equipo nuestro teníamos la certeza de que el puente estaba resguardado, ya no había forma de que avanzaran por esa zona”.
Luego de otra batalla campal lograron colocar un camión cisterna en el puente, pero desde abajo les cayeron a plomo. “Ahí estaban, detrás de las columnas, disparaban y los milicianos que tenían como responder, respondieron con perdigones, gas lacrimógeno” y lograron, con el apoyo de la Fanb nuevamente, retomar el control. “Ellos nunca cruzaron el puente ni un centímetro”.
Rendirse, nunca
Contó Guzmán que si en algún momento pasó por la cabeza de alguno de los 805 retroceder, se les levantó el ánimo cuando vieron a Jesús Farías, Darío Vivas, Freddy Bernal, José David Cabello y a otros dirigentes nacionales al frente de todos.
Se acercaba la noche y decidieron colocar un contenedor en el puente para cerrar el paso. Al analizar en frío la situación vivida, Jehyson Guzmán confesó que sintió miedo. “Uno siente temor por muchas razones, en lo individual y en lo colectivo (…); sentí una angustia desgarradora por los 55 compatriotas heridos (…); pero también había mucha conciencia de lo que estábamos haciendo. Si hay algo que uno puede decir es que los 805 merideños que estuvimos ahí no somos menos en la historia de los que acompañaron a Bolívar”.