Articulo de opinión
Licenciado Ken Ronald Ramírez
C.I: 13.003.998
Venezuela Renace
En nuestro estudio
sobre el pensamiento de este filósofo de tiempos modernos sobre la Política.
Hemos analizado los planteamientos de Michel Foucault. No podemos decir que
dedicó una obra sistemática a los partidos políticos, pero su pensamiento
ofrece una perspectiva crítica muy poderosa y específica sobre ellos. Podemos
resumir su opinión en varios puntos clave, extraídos de sus análisis sobre el
poder, la verdad y la gubernamentalidad.
En nuestro análisis
sobre la esencia, de cómo Foucault veía a los partidos políticos, no como
instrumentos de liberación o representación genuina, sino como dispositivos de
poder que funcionan para gestionar, controlar y normalizar a la población
dentro del sistema político moderno.
Creemos que estás son sus
principales críticas:
1. Los Partidos como
Dispositivos de Poder Disciplinario y Biopolítico
En todo lo que hemos
leído sobre Foucault y cómo analizó el poder en la modernidad ya no se ejerce
solo de forma represiva (quitando la vida), sino de forma productiva, moldeando
conductas y cuerpos (poder disciplinario) y gestionando la vida de las
poblaciones (biopolítica).
· Disciplina: Los
partidos son máquinas de generar disciplina interna. Imponen una línea, una
doctrina y unas normas de comportamiento a sus miembros. El militante debe
"alinearse", someterse a una ortodoxia y actuar como parte de un
cuerpo unificado.
· Biopolítica: Los
partidos, al aspirar a gobernar, se convierten en agentes de la biopolítica. Su
objetivo no es la libertad individual, sino la gestión óptima de la población:
la salud, la natalidad, la economía, la seguridad. Su lógica es la de la "razón
de Estado", no la de la autonomía de los individuos.
2. La
"Gubernamentalidad" y la Gestión de la Conducta
Fue Foucault quien
acuñó el término "gubernamentalidad" para describir la mentalidad y
las técnicas por las cuales se conduce a los individuos. Los partidos son
actores centrales en este juego.
· Funcionan como
"cuadros de conducción": Seleccionan, forman y colocan a las élites
que van a "conducir" a la sociedad. No se trata de representar
voluntades, sino de dirigir conductas hacia objetivos considerados deseables
por el sistema.
· Crean y se apropian
de la "verdad" política, Foucault sostenía que cada sociedad tiene su
"régimen de verdad". Los partidos son actores clave en la producción
de esta "verdad". A través de sus discursos, programas y medios
afines, definen lo que es "razonable", "posible" o
"utópico", excluyendo otras voces y alternativas que quedan fuera del
marco de lo "decible".
3. La Crítica a la
Representación y la Voluntad General
Foucault era
profundamente escéptico de la idea de que un partido o una asamblea electa
pudieran encarnar una "voluntad general" del pueblo.
· El partido como
filtro y distorsión: El sistema de representación a través de partidos no
transmite la voluntad popular, sino que la filtra, la canaliza y la transforma
en algo manejable para el aparato estatal. El voto no es la expresión de una
voluntad soberana, sino un mecanismo más dentro de las técnicas de gobierno
para producir consenso y legitimidad.
· Suprimen la lucha y
el conflicto directo, Para Foucault, la política es conflicto y lucha. Los
partidos, al institucionalizar el conflicto en el parlamento y en las
elecciones, tienden a domesticarlo, a burocratizarlo y a desactivar su
potencial revolucionario o transformador. Convierten la energía de la protesta
en la pasividad del voto cada cuatro años.
4. La Alternativa
Foucaultiana: La "Política No-Gubernamental" y las Luchas Específicas
Frente al modelo de los
partidos, Foucault simpatizaba con formas de acción política que escaparan a su
lógica.
· Luchas específicas
y movimientos sociales: Valoraba las luchas que no aspiraban a tomar el
poder estatal, sino a cuestionar formas concretas de poder: el
manicomio, la prisión, el sistema de sexualidad, el racismo (fue un activo
militante en el GIP - Grupo de Información sobre las Prisiones).
· La "política
de los sin-partido" Apoyaba las iniciativas que surgían desde la base,
autónomas y horizontales, que no buscaban crear una nueva vanguardia o partido,
sino experimentar con nuevas formas de vida y resistencia aquí y ahora.
Hemos llegado en nuestra
conclusión de lo que pudo ser la Opinión Michel Foucault sobre la Política
Para Foucault, los
partidos políticos son una tecnología esencial del poder moderno. Lejos de ser
la solución, son parte del problema que él diagnosticaba: la creciente gestión
y normalización de la vida humana por parte de instituciones que buscan su
propia perpetuación.
No los veía como
vehículos para la emancipación, sino como aparatos que capturan el deseo de
cambio y lo reconvierten en lógica de gobierno. Su llamado era a una política
que se ejerciera fuera de estos marcos, en la micropolítica de la vida
cotidiana y en la resistencia localizada a las formas específicas de poder.
En resumen, la opinión
de Foucault es profundamente crítica y desconfiada: los partidos políticos son
dispositivos de la gubernamentalidad liberal, que gestionan la conducta de la
población y neutralizan el potencial disruptivo de la lucha política auténtica.


