La moto es una elección de economía, agilidad o
simplemente pasión
Todos los días, subimos a nuestros vehículos con un
objetivo común: llegar a nuestro destino. Para muchos, el carro que conduce es
una burbuja de privacidad y comodidad. Sin embargo, en el asfalto que
compartimos, esa diferencia se ha convertido en una peligrosa línea que divide,
y a menudo, en una sentencia para los que van en dos ruedas.
Es hora de hacer una reflexión sincera como
conductores. ¿Cuántas veces hemos cerrado el paso a una moto pensando
"llegaré primero"? ¿Cuántas veces hemos cambiado de carril sin mirar
el punto ciego con la suficiente atención? ¿Cuántas veces hemos visto a un
motorizado zigzagueando entre los carros de alguna manera?.
Por favor, entendamos que quien
conduce una moto no es un obstáculo, un imprudente o un anónimo con casco. Es una
persona, un padre que vuelve a casa, un estudiante que va a clase, un
repartidor que se gana la vida. Su vehículo no tiene una carrocería que te
proteja, ni cinturones de seguridad, su único escudo es la precaución. /Redacción
RDM con información Marco Antonio Sosa Villamizar