lunes, 9 de septiembre de 2024

Informes del OVV: claves para comprender magnitud de la violencia autoinfligida

 Mérida: una mirada especial





 

La comprensión del fenómeno de la violencia autoinfligida, cuya manifestación más preocupante suele ser la muerte por suicidio, pasa por disponer de información científica que, de manera clara y accesible, permita a la sociedad y sus instituciones tomar decisiones preventivas basada en datos ciertos. Al respecto, el Informe Anual 2023 de Violencia Autoinfligida, representa, junto con otros documentos, un aporte fundamental que cada año concreta el OVV en procura de contribuir con la causa mundial de la prevención del suicidio.

Prensa OVV Mérida

En cualquier parte del planeta, más allá del idioma, la cultura, la raza o el credo que se profese, un accidente aéreo es motivo de tristeza y pesar colectivo. Por ejemplo, un avión con 160 personas a bordo que se estrelle sin dejar sobrevivientes es motivo, por sobradas y lógicas razones, de la atención mundial.

Ahora imaginemos que en un día caen no uno sino 12 aviones, cada aeronave con 160 personas… El impacto sería estremecedor ya que casi 2.000 personas morirían sólo en un día. Ahora bien: ¿Y si semejante y exagerada tragedia se repitiera cada día durante todo un año? La frialdad de los números diría que 2.000 multiplicado por 365 días son más de 700 mil muertes al año.

Lo anterior, muy lejos de ser algo real y posible, sólo representa una manera de introducir un número, que en cambio sí es verdadero y que quizás cueste digerirlo: es que más de 700 mil sería la cifra de personas que, según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se suicidan cada año, sin considerar el número probable de casos que quedan “ocultos” en las muertes de intención no determinada o que terminan siendo mal clasificados en otras causas de muerte.

A la par, existen indicios de que, por cada persona adulta que se suicida, podría haber más de 20 que intentan suicidarse, aunque esta proporción difiere ampliamente según el país, la región, el sexo, la edad y el método.

Por lo anterior, queda crudamente establecido que la violencia autoinfligida -cuya máxima expresión son las muertes por suicidio- es un tema de suma gravedad en el mundo por lo que las autoridades internacionales lo catalogan como un “problema de salud pública”. Eso también justifica que desde el año 2003 la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio, en concordancia con las políticas de la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), haya decidido establecer, cada 10 de septiembre,  el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, fecha que este 2024 se enfoca en la premisa de “Cambiar la Narrativa”, lo que implica crear conciencia y eliminar estigmas, en favor de una cultura de comprensión y apoyo que fortalezca la prevención.

Pero para cambiar la narrativa es fundamental contar con información científica, clara, oportuna y responsable que permita a cada ciudadano, pero aún más al conjunto de instituciones de la sociedad,  reconocer la dimensión y naturaleza del suicidio como tema de altísima pertinencia pública. Allí es donde aparece el aporte del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), organización que se ha empeñado en ofrecer distintos documentos que permiten una aproximación a las cifras, posibles causas y tendencias de la violencia autoinfligida.

Informe anual: así estamos

Desde el pasado primero de septiembre, coincidiendo con el mes para la Prevención del Suicidio, el OVV puso a disposición de los usuarios de su portal web, el Informe Anual 2023 de Violencia Autoinfligida, un documento de 12 páginas, que de manera científica resume la información actualizada de cómo fue el comportamiento del suicidio en Venezuela, a lo largo del pasado año 2023. Vale decir que este Informe Anual se viene elaborando y compartiendo públicamente desde el año 2020.

El Informe establece que en Venezuela se mantiene una tendencia al aumento fluctuante de los suicidios, ya que según las estimaciones del OVV en el año 2023 fallecieron 2.358 personas, por esta causa de muerte. Esto se traduce en 6 fallecimientos diarios o, lo que es lo mismo, uno cada cuatro horas. Dado que en 2022 fueron 2.173 los casos estimados, 2023 dejó un incremento del 6,5% con respecto al año precedente. La tasa para Venezuela (es decir el número de muertes por cada 100 mil habitantes) fue de 8,2 lo cual si bien no es alarmante cuando se compara con la media mundial y los países con los mayores valores, sí preocupa por su tendencia al alza.

Los investigadores advierten que estas cifras se basan en el procesamiento de datos principalmente de carácter oficial pero que no llegan a ser públicos. Adicionalmente, el OVV aplica un constante monitoreo de casos que son reseñados por los medios de comunicación y que luego son cruzados con datos que manejan informantes clave para visualizar con estas dos fuentes ciertas tendencias del fenómeno social.

Un punto crucial del Informe Anual 2023 de Violencia Autoinfligida, es que revela la profunda vinculación entre el deterioro de la salud mental de los venezolanos y el aumento de los suicidios. Por lo anterior, el documento advierte que “en tanto no se pongan en práctica políticas públicas en materia de prevención de la violencia autoinfligida, difícilmente se conseguirá estabilidad emocional y salud mental en la mayoría de la población, en consecuencia, el comportamiento suicida continuará siendo un problema de salud pública y de preocupación”.

Mérida: una mirada especial

Como desafortunadamente ha sido en los últimos años, en el Informe Anual elaborado por los investigadores del OVV, se desprende que Mérida es la entidad venezolana con la mayor tasa de muertes por suicidio, alcanzado en 2023 un registro de 15,5 muertes por cada cien mil habitantes, es decir casi el doble de la tasa de Venezuela que fue de 8,2. Para tener un punto de referencia, estados como Carabobo (7,2), Bolívar (5,9) y Zulia (5,7), mostraron en 2023 tasas inferiores a la merideña.

Este particular protagonismo de Mérida, que se ha mantenido por más de dos décadas, ha llevado al OVV a presentar cada año, desde 2017, reportes sobre Mérida, en un intento no sólo de monitorear las cifras, sino ahondar sobre las complejas causas del suicidio en esta entidad andina, además de plantear estrategias que pudieran ser de utilidad para la sociedad merideña en el camino de prevenir o al menos mitigar la violencia autoinfligida.

Este año 2023, además del reporte regular sobre la entidad, se elaboró el denominado Informe Especial Violencia Autoinfligida dedicado al estado Mérida. Según explica el documento, en sus páginas se “muestra el comportamiento de la violencia autoinfligida sólo desde la perspectiva de su máxima expresión: el suicidio, visto a través de sus fluctuaciones temporales (2001-2023) y espacio-geográficas (a nivel de la entidad y de sus 23 municipios)”.

El equipo de investigación del OVV Mérida, responsable de la producción del Informe Especial, informó que dicho documento se elaboró “con base en estadísticas oficiales públicas desactualizadas y cifras oficiales no públicas actuales: Corporación de Salud del estado Mérida (Corposalud Mérida) durante 2001-2020, así como cifras estimadas con base en registros policiales, lapso 2021-2023, y proyecciones de población del Instituto Nacional de Estadística (INE)”.

Finalmente, es necesario recordar que en un reporte anterior el OVV Mérida había advertido que, si bien este estado andino había mostrado una discreta tendencia a la reducción de los casos de muertes por suicidio, se notaba un preocupante aumento en los intentos de atentar contra la propia vida. / AS / CNP: 8965 / Prensa OVV Mérida

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